Cangas de Onís

La ciudad de Cangas de Onís fue capital del Reino de Asturias hasta el año 774. En esta población se estableció el rey Don Pelayo.
Un monumento a visitar es el Puente Romano, declarado Monumento Histórico Artístico, de su arco cuelga una reproducción de la Cruz de la Victoria.

Nosotros aprovechamos esta visita asturiana para ir a un Spa que se encuentra en Benia de Onís. Se trata del Hotel y Spa María Manuela, la verdad que esta muy bien para relajarse un ratito.



Muy cerca de Benia de Onís se encuentra el pueblo de Sirviella donde fuimos a comer a una típica sidrería asturiana, El Pareón. Recomendadísimo, con vistas espectaculares a los Picos de Europa, trato muy familiar, comida riquisíma y sidra casera. Tan casera que la estaban haciendo y nos enseñaron como la elaboraban. También fabrican mermelada o jalea de sidra muy rica, para chuparse los dedos.

Otra visita obligada por la zona es al Santuario de Covadonga y su Santa Cueva. En la Cueva se encuentra la Capilla-Sagrario con la imagen de la Virgen de Covadonga y la tumba de Don Pelayo. Según la tradición, en este lugar se habrían refugiado Don Pelayo y sus hombres durante la Batalla de Covadonga.
 En la misma zona podemos visitar  la Basílica de Santa María la Real de Covadonga, que esta bien vigilada por una estatua de bronce de Don Pelayo.

Si la meteorología os lo permite, merece la pena subir hasta los Lagos de Covadonga. Nosotros tuvimos suerte y en la época que fuimos las vistas eran espectaculares, juzgar con las fotos.

Para reponer fuerzas de vuelta en Cangas, os recomiendo la Pastelería La Golosa o Confitería Merino, donde os podéis tomar un chocolate calentito acompañado de un rico dulce.