Antes de empezar tengo que dejar clara una cosa, soy un fanático admirador de la banda de rock inglesa The Who. Esto es algo bastante obvio para l@s que me conocen y lo será para aquellos que sin conocerme, me lean por aquí (si es que eso sucede alguna vez…). Aclarado esto, ya sabéis que mi objetividad en este tema puede ser, cuando menos, dudosa.
Sin ser un grupo superventas, ni tener legiones de fans como alguno de sus contemporáneos, The Who siempre ha contado con un buen número de fieles seguidores (sobre todo en EEUU y Reino Unido) y una gran reputación dentro del negocio del rock. Aun así, para la mayoría de los “no fans” son solo conocidos por tres o cuatro canciones de hace más de 40 años, o por ser los de la “intro” de la serie C.S.I. Por eso, puede sorprender que unos tipos de casi 70 años decidan salir de gira a revivir un disco de 1973 y que eso pueda resultar emocionante. Pues lo es, os lo aseguro. Y esto es así porque se trata de una banda rodada y cohesionada, con una formación cuyos 5 miembros principales llevan tocando juntos casi ininterrumpidamente desde 2002 y que cuenta con un repertorio emocionante y una pasión en el escenario que no deja indiferente. Por todo esto, el "Tour - Quadrophenia 2012-13" promete ser una experiencia emocionante para todo aquel que, profano o experto, se anime a comprar una entrada y abrir su mente.
De entre las bandas de rock que podemos denominar como “precursoras” The Who es, sin duda, la más activa de la última década. Cierto es que ni ahora ni nunca han destacado por ser un grupo con una prolífica actividad creativa en cuanto álbumes se refiere, pero eso no tiene por qué ser sinónimo de poca actividad, incluso a veces, es todo lo contrario. Es en la carretera donde estos “chicos” han forjado su fama y su reputación (respaldados por un gran repertorio, por supuesto). Y precisamente así, saliendo de gira y sudando la camiseta, es como demuestra un grupo de rock que esta vivo; y no celebrando las “bodas de oro” con un recopilatorio trampa y 5 bolos recaudatorios, ¿eh Majestades?; presentando por todo lo alto un DVD de un único concierto de 2007 que “Oro parece y Plomo es”; o aprovechando el tirón de un aniversario para inventarse una gira con un cantante “Made in OT”, ¡La Reina ha muerto! ¡Viva la Reina! Los tres anteriores son ejemplos de lo que es la actualidad de tres de las bandas más famosas, seguidas y compradas de la historia del rock: Rolling Stones, Led Zeppelin y Queen. Grandes bandas, que además son enormes maquinas de hacer dinero cuyos engranajes han de mantenerse engrasados para mantenerlas funcionando. Es puro marketing, estrategias para mantener la imagen de marca presente en la mente del consumidor, pero sin rastro de pasión, emoción o riesgo por ningún lado. Todo lo contrario a lo que es el Rock&Roll.
Con esto no quiero decir que The Who sean unos rockeros altruistas y que lo hagan por puro divertimento, pero al menos, aún a dia de hoy, se puede captar esa pasión, esa emoción y ese riesgo que son la esencia del rock. Se puede ser un señor adinerado y acomodado, que cobra grandes sumas de dinero por hacer su trabajo, pero seguir disfrutando con ello y teniendo inquietudes. Y fue precisamente eso, el dinero, lo que propició la última resurrección de The Who. Sucedió cuando nadie les esperaba ya, en 1999, y el motivo principal fueron los graves problemas económicos del fallecido bajista John Entwistle. Reclutaron a Zak Starkey (hijo de Ringo Starr) para la batería, se colgaron los bártulos y salieron de nuevo a la carretera ayudar a su compañero a ganar la suficiente cantidad de dinero como para poder cubrir sus deudas.
Es muy probable que Pete Townshend (guitarra) únicamente accediera por solidaridad con su amigo de toda la vida, John, quien probablemente no podía adaptarse a un modo de vida que no fuera el de una estrella de rock en activo. Así pues, solo Roger Daltrey (voz) parecía afrontar el reto con perspectivas de futuro y no solo como una oportunidad de ayudar a su compañero y, de paso, ganar un buen dinero. Él mantenía la esperanza de que si volvían a subirse al escenario como en los viejos tiempos y la chispa surgía de nuevo, Pete se olvidaría de sus problemas auditivos y volvería a recuperar la ilusión y las ganas de mantener vivo el proyecto con The Who. Y así sucedió, la chispa surgió en esos conciertos de la gira estadounidense de 2000. Parecía que la juventud de Zak Starkey y su vibrante estilo (similar al de Keith Moon) insuflaban nuevos aires a los veteranos miembros de la banda que se encontraban de golpe ante lo que parecía ser su segunda (o tercera) juventud. Esta recuperada pasión, unida a las ganas que había de ver a The Who de nuevo en directo tras años de idas y venidas hicieron que los proyectos se fueran sucediendo, con rumores de nuevo disco incluidos. Punto culminante de este renacimiento fue su actuación en “The Concert For New York City” en 2001, evento organizado por Paul McCartney, donde eclipsaron al resto de participantes de la velada y recibieron el reconocimiento de una banda con presente y futuro.
Tras el rotundo éxito del Madison Square Garden se preparaba otra gran gira en 2002, para la cual se incluiría en la formación a Simon Townshend, hermano pequeño de Pete, para ayudar con la segunda guitarra y voces. Pero tras unos shows de preparación en Reino Unido, concierto benéfico en el Royal Albert Hall incluido, y en puertas del pistoletazo de salida a la nueva gira, sobrevino la tragedia, John Entwistle fallecía en el Hard Rock Hotel de Las Vegas víctima de un ataque al corazón. Con problemas cardiacos desde hacia algún tiempo, el alocado ritmo de vida del músico, convertía cada gira en un peligro para su salud. Finalmente, aquella noche de Junio de 2002 su cuerpo no aguantó más, fue encontrado en su habitación con restos de cocaína en su cuerpo y en compañía de una joven “amiga”. Esta tragedia supuso el comienzo de una nueva etapa en la carrera de The Who. Pero eso es otra historia…
Por el momento y comparto un video de la actual gira que desarrollan The Who en EEUU y que aterrizará en Europa en primavera de 2013.
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